
A Anna Kushner, que me dio el pie forzado
Estábamos en un cine,
allá por Belascoaín,
eran días de trajín
—que el tiempo no los fulmine
ni el recuerdo arremoline—,
estábamos en La Habana,
—tan distante, tan cercana—
en un país que era nuestro,
de tus hijos, de mi ancestro
y que allí estará mañana.
Tan cercana y tan lejana es una triste ironia que el pais donde naciste ya no este y casi no existe.
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