
de mis libros, del azar,
de volver, de patria y vida,
¿Y cómo le explico a mi hijo
que su padre vivió el hambre,
que en medio de aquel enjambre
y el terror que nos maldijo,
tenía un anhelo fijo,
que mi vida y mi destino
no estuvieran conectados
ni al castrismo y sus dictados
ni a la lengua del vecino?
***
Esta décima es parte de la serie “Cuba y lo inexplicable”. Las espinelas en cuestión pueden ser leídas independientemente o en conjunto. Si juntas, recomiendo recitarlas —sí, en alta voz, como en los matutinos escolares— en el orden en que fueron concebidas y publicadas en este blog: I, II, III, IV, V, VI, VII.
La cita es mañana, jueves, 25 de febrero, a las 7PM —hora de Las noventa Habanas—, en la cuenta de Instagram de Dainerys Machado Vento. ¡Nos vemos!
La mancha en el expediente
Letra y música: Alexis Romay
Te asustan con la mancha en el expediente.
En Cuba, la cosa siempre ha estado caliente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Si dices “Patria y vida”, te llaman delincuente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Se burlan de las colas. Virulo es un teniente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Los actos de repudio envilecen a la gente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Si no entras por el aro, eres un disidente.
Basta de “patria o muerte”.
(Terrible disyuntiva).
La patria convalece.
“Te la entregamos viva”.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Esto es terror de estado de oriente hasta occidente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Te lavan el cerebro. ¡Pero no hay detergente!
Te asustan con la mancha en el expediente.
Maquillan el pasado. Prohíben el presente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Y marcan el futuro con un hierro candente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
¿Qué quieres que te diga? ¿Qué quieres que te cuente?
Que te asustan con la mancha en el expediente.
Basta de “patria o muerte”.
(Terrible disyuntiva).
La patria convalece.
“Te la entregamos viva”.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
Te asustan con la mancha en el expediente.
esto es tremendo descaro,
y, de escudo, la bandera
y el picadillo de soya
también brilla por su ausencia
que anuncia nuestra indigencia,
***
[Ilustración: Alen Lauzán, para la campaña Jama y Libertad].
¿Cómo le explico a mi esposa
el miedo a una cosa incierta
cuando tocaban la puerta
—un pargo, un libro, una rosa,
carne de cerdo o de res,
un diccionario de inglés—
y antes de abrir no sabía
si quizá la policía
vendría un poco después?
***
Esta décima es parte de la serie “Cuba y lo inexplicable”. Las espinelas en cuestión pueden ser leídas independientemente o en conjunto. Si juntas, recomiendo recitarlas —sí, en alta voz, como en los matutinos escolares— en el orden en que fueron concebidas y publicadas en este blog: I, II, III, IV, V, VI, VII.
Me desperté, vi nieve por todas partes, pensé en Cuba, le eché a mano a la guitarra y, como quién no quiere la cosa, me salió un madrigal.
Habla, Cuba
Letra y música: Alexis Romay
Habla, Cuba, que tanto silencio
te ha hecho mal.
Canta, Cuba, que esta larga noche
va a acabar.
Esa paz que tú añorabas
pronto llegará.
Vendrá sin violencia,
como un madrigal.
Imagínate un país
del cual no haya que huir,
donde haya otra opción
que no sea reprimir.
Habla, Cuba, en nombre
de tu libertad.
Canta, Cuba, que la pena
pronto ya se irá.
Que nadie te cuente un cuento
porque la verdad
la tienes frente a los ojos:
te iluminará.
Imagínate un país
en que tú puedas ser
mejor de lo que eres hoy
y lo que fuiste ayer.
Habla, Cuba, que tanto silencio
te ha hecho mal.
Canta, Cuba, que esta larga noche
va a acabar.
Esa paz que tú añorabas
pronto llegará.
Vendrá sin violencia,
como un madrigal.
Imagínate un país
del cual no haya que huir,
donde haya otra opción
que no sea reprimir.
Imagínate un país
en que puedas ser
mejor de lo que eres hoy
y lo que fuiste ayer.
Ayer lo subí a Instagram, pero, por si no lo viste y por si quieres acompañarte con la #guitarra mientras cantas #PatriaYVida —de Yotuel Romero, Descemer Bueno, Gente de Zona, Maykel Osorbo y El Funky—, aquí te paso los acordes (y sus respectivos arpegios), para que descargues sabroso. #EstamosConectados.
Aunque ni él sabe qué es eso,
hoy Raúl Torres “se amuebla”.
(Su visión es pura niebla.
Su musa es un pan con queso).
Mientras tanto, la isla en peso
—sin libertad ni comida—
imagina una salida
que le mejore la suerte
y cambia aquel “patria o muerte”,
que es hora de patria y vida.
***
[Ilustración: Omar Santana].
El pie forzado me lo dio Enrique Del Risco, que publicó este pantallazo del muro del susodicho. (La canción es más larga y más infame. Por tanto, les ahorro el resto).
¿Cómo le explico a un amigo
amante de la justicia
que, en la isla, la inmundicia
también se ensañó conmigo,
que, a mi pesar, fui testigo
de la violencia de estado
con la que fui adoctrinado
durante toda mi infancia,
de la que, a fuer de constancia,
por fin me he desprogramado?
***
Esta décima es parte de la serie “Cuba y lo inexplicable”. Las espinelas en cuestión pueden ser leídas independientemente o en conjunto. Si juntas, recomiendo recitarlas —sí, en alta voz, como en los matutinos escolares— en el orden en que fueron concebidas y publicadas en este blog: I, II, III, IV, V, VI, VII.
… y la única alternativa
siempre será “Patria o muerte”
y dejar al pueblo inerte
reprimiremos a diario
con ímpetu legendario,
—con un “sálvese quién pueda”—
y Cuba será un calvario.
¿Y qué es el nacionalismo
cuando se practica a ultranza?
Es esconder esa panza
cebada en el comunismo
tras la bandera, es cinismo,
fe ciega en un Hombre Fuerte,
echar la culpa a la suerte
—¡o al embargo!— por el Mal,
si no gritas: “patria o muerte”.
¿Cómo le explico a un colega
—que al castrismo está alabando—
la carne de contrabando,
las colas en la bodega,
los derrumbes, la fe ciega,
el vecino que te espiaba
—a ver quién te visitaba,
las novelas que leías,
la ropa que te ponías…—
y luego te delataba?
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Esta décima es parte de la serie “Cuba y lo inexplicable”. Las espinelas en cuestión pueden ser leídas independientemente o en conjunto. Si juntas, recomiendo recitarlas —sí, en alta voz, como en los matutinos escolares— en el orden en que fueron concebidas y publicadas en este blog: I, II, III, IV, V, VI, VII.
Díaz Canel y Lis Cuesta
posan cual rana y su sapo
—la bandera es sólo un trapo
con el que adornan su fiesta—,
después de dormir la siesta,
como tórtolos en flor,
en el día del amor
—¡del amor y la amistad!—
para ocultar la verdad:
Miguel es un dictador.
“Centro Fidel Castro Ruz”
—el represor de las artes—,
derroche de agua y de luz,
no hacen acto de presencia,
y destaca por su ausencia
que instauró el terror de estado,
y promulgó la indolencia.