
Seré breve: yo no añoro
de la Cuba de mis días
los terribles policías
ni su falta de decoro
ni al mítico tocororo
—que pintó algún paisajista
para venderlo a un turista—
ni la sospecha ni el miedo
que hoy promulga Puesto-a-dedo
con su violencia machista.
Pingback: La escasez en Cuba (IV) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Cuba: octubre de 2022 | Belascoaín y Neptuno