Pues lo pide el Comandante,
¡vamos a comer moringa!
Antes que el pueblo se extinga,
demos el paso adelante,
sin dudar por un instante
que, en el futuro, el cubano
que busque un empleo sano
(que dé carne, huevo y leche
y pescado en escabeche
y a la sombra) será en vano.
Posdata: Admito que poco puede mi pobre décima contra el humor diabólico del viejito sangrón. Por tanto, pido a los lectores que consideren estos versos una excusa para presentar ese desopilante chiste de mal gusto que es la reflexión del orate.
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