Transcribo un soneto de Néstor Díaz de Villegas.
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Dos Ríos dividió sangre cubana
de un solo manantial inagotable:
una corriente es clara y navegable,
la otra es oscura, peligrosa y vana.
Dos patrias tengo yo: irreconciliable
con mi dolor es la sonrisa arcana
—una sombra vestida de jarana—
de Cuba y de la noche inescrutable.
Territorio de sacrificios dobles
—un pantéon por dos dioses disputado—
entre las palmas reales y los robles.
Tumba es la cuna que nos ha tocado,
hijos bastardos de tus fines nobles:
poeta ecuestre, padre derrotado.





Néstor Díaz de Villegas es uno de los más grandes poetas cubanos, gracias por este soneto.
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Magnífico poema para un domingo, gracias.
Saludos
F.C.
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