
Las dimensiones que tiene
—«¡Comandante en Jefe, ordene!»,
no importa si llueva o truene—,
se repiten cada día,
para asustar a la gente
pues lo quiere el delincuente
que manda a la policía.
***
[Ilustración: Garrincha].
Las dimensiones que tiene
—«¡Comandante en Jefe, ordene!»,
no importa si llueva o truene—,
se repiten cada día,
para asustar a la gente
pues lo quiere el delincuente
que manda a la policía.
***
[Ilustración: Garrincha].
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