
No hay jama en el purgatorio
que la junta militar
se ha esforzado en destrozar.
No hay fuego en el crematorio.
No hay diversión, no hay jolgorio
que alivie el pesar que siente
el pueblo, el país, la gente
que no se libra del mal
de aquella “empresa estatal
socialista competente”.
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Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en Belascoaín y Neptuno. Te invito a leer la entrada de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana.