“Atendiendo a su experiencia”
(por ser dócil y discreto),
“liberaron” a Abel Prieto,
defensor de la incongruencia,
príncipe de la indolencia,
ya ex ministro de cultura,
funcionario de estatura
que cumplirá su tarea,
siempre y cuando esta no sea
escribir literatura.
***
Y dice Wichy García Fuentes:
Y perdimos a Abel Prieto
para los chistes casuales
de negros en carnavales
con el carné del aprieto.
Su destino es un secreto
como la obra de aquel
que colocaron por él
en el puesto codiciado
cuando Fernando ha llorado
por no alcanzar el vergel.
Y perdimos a Abel Prieto
para los chistes casuales
de negros en carnavales
con el carné del aprieto.
Su destino es un secreto
como la obra de aquel
que colocaron por él
en el puesto codiciado
cuando Fernando ha llorado
por no alcanzar el vergel.
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Recuerdo como nos burlabamos de los escritos y poesias de Abel Prieto cuando fungia como presidente de la UNEAC
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