
Le tendremos que escribir
una oda a la voz pasiva,
esa artimaña que esquiva
lo que se quiere decir,
con ese don de eludir,
de no arriesgar emociones,
de no revelar pasiones,
de no mostrar al desnudo
lo que se siente, de escudo
que opaca los corazones…
***
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en Belascoaín y Neptuno.