
Ay, Cuba, cuánto nos dueles,
cuán triste tu muerte a plazos,
marcada por cañonazos,
toques de queda, cuarteles,
golpes, secuestros, papeles
confiscados a escritores
que vive sus estertores.
Ay, Cuba, cuánto nos dueles,
cuán triste tu muerte a plazos,
marcada por cañonazos,
toques de queda, cuarteles,
golpes, secuestros, papeles
confiscados a escritores
que vive sus estertores.
Pingback: Memento mori (VI) | Belascoaín y Neptuno