
—que hizo de Cuba un osario,
y destrozó catedrales—,
bebiendo un buen ron añejo,
como lo pide un festejo
al que no le ponen dieta,
gozando la papeleta
—que hizo de Cuba un osario,
y destrozó catedrales—,
bebiendo un buen ron añejo,
como lo pide un festejo
al que no le ponen dieta,
gozando la papeleta
Pingback: Memento mori (VII) | Belascoaín y Neptuno