Érase un actor naturalizado.
Érase una nariz contra natura.
Érase un ministerio de cultura
de Putin en función de consulado.
Érase un violador que en el pasado
se jactaba de ese acto de tortura.
Érase un narizón y un caradura.
Érase un comunista consagrado
que no quiso pagar impuestos altos,
y aunque tiene en su casa el Globo de Oro
por un matrimonio por conveniencia,
para evitar (fiscales) sobresaltos,
se fue con su gordura y su tesoro
allá donde no piden coherencia.