
El padre era un comunista
y el hermano un compañero.
Yo era un muchacho sincero,
un pichón de idealista.
Recuerdo el odio racista
con el que me recibieron
en el momento en que oyeron
que yo era el novio de la hija
—o la hermana—, un sabandija;
con esos ojos me vieron.
***
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en este blog. Aquí puedes leer la entrada de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana:
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