
de callarme por el miedo,
de temerle a Puesto-a-dedo
y sus bestias —ese enjambre—,
de sentir este calambre
y simular que esta calma
no proviene del terror
de dónde crece la palma.
***
[Ilustración: Omar Santana].
de callarme por el miedo,
de temerle a Puesto-a-dedo
y sus bestias —ese enjambre—,
de sentir este calambre
y simular que esta calma
no proviene del terror
de dónde crece la palma.
***
[Ilustración: Omar Santana].
Pingback: Para recitar en los matutinos escolares en Cuba (I) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Ah, que tú escapes (con perdón de Lezama Lima) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Ah, que tú escapes (con perdón de Lezama Lima) (II) | Belascoaín y Neptuno