
(a Nicolás Guillén)
¿Tengo? Vamos a ver. ¿Que tengo el cielo?
¿Que soy dueño de esta isla y su riqueza?
¿Tengo? ¿Que tengo el mar y la cerveza?
¿Tengo el hotel? ¿Me pertenece el suelo?
¿Tengo que nadie puede maltratarme
por el pigmento de mi piel mestiza?
Tengo años de llevar esta camisa:
un camisón de fuerza. Y el gendarme,
que a ratos me aprisiona si protesto,
me obliga a caminar por la otra acera.
Tengo una miopía inoportuna:
equivoqué la sed con el impuesto,
la fogata hogareña con la hoguera,
y un satélite incierto con la luna.
Tienes lo que tenías que tener.
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Admirable, me hiciste cantar lo sentimental.
Saludos
F.C.
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Hermano este esfuerzo me costó el viaje completo en tren desde la ciudad a la casa, y llegué a descubrir que yo y el soneto no somos muy socios, la próxima vez lo escribo en décima, se me da mejor lo guajiro (bueno al fin y al cabo soy oriental no?)
No tengo cerveza de carnavales
tampoco del boulevard una croqueta
No tengo que cumplir ninguna meta
Ni tengo que apostar mis genitales
No tengo la montaña donde sueño
ni siquiera la cueva que visito
usufructo mi sepulcro, me extradito
a cualquier lugar, ni soy ni tengo dueño
No necesito llenar un formulario
para rogar lo que me pertenece
lo que sufriendo llegue a merecer
No me convertiré en el lobo estepario
ni en aquel que su tierra aborrece
aunque no tenga lo que debía tener
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Delicioso, Bustro.
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