Fugaz, como meteorito,
Chávez llegó a Venezuela
a meter garra y espuela,
a reivindicar su mito,
a sentirse favorito,
vencedor de lo terrible,
con una foto risible
(y hay quien jura que lo ha visto).
“Photoshop, y luego existo”,
nos dice el hombre invisible.
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[Imagen: René Magritte].