a la entrañable Aguaya Berlín
No censuro a las fresas ni a la crema,
esa combinación tan alemana:
me la como y no soy menos cubana
que cuando viví en la isla del esquema.
(La poesía te busca un poema
en el llano, en los montes, en La Habana:
escoger una jama soberana,
en Cuba te trae más de un problema).
Hoy como lo que quiero, cuando quiero,
sin nadie que regule mi despensa,
ni sentencie lo que comeré a diario.
Que se vaya el castrismo al basurero:
que publiquen su foto ya en la prensa,
convoyada, por fin, de su obituario.
Y que hagan bbq en el velorio.
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