Una décima tardía al castrismo tardío

A principios de mes —en viaje de trabajo a una conferencia en San Antonio, durante un paseo con par de amigas y colegas por una hermosa rivera, en una tarde espléndida, luego de la inconcebible hazaña de pasar varias horas sin pensar en Cuba—, me vino a la mente la dictadura de Díaz Canel, para recordarme que, sin importar lo lejos que esté —física o espiritualmente— de la isla, como bien dice Abel Sierra Madero, el cuerpo nunca olvida

A modo de exorcismo, el cuerpo en cuestión me pidió un poco de humor o el bálsamo de una décima. Yo se la di. O quise dársela, pero en ese instante el repentismo me jugó una mala pasada. Y, a estas alturas del partido, eso es bastante raro. 

Aquí dejo el video del intento fallido —aunque no tan fallido como el estado cubano—, y le añado a la espinela los tres versos finales, que no afloraron ante el sutil murmullo del río

Hoy te voy a improvisar
una décima en el acto
para hablarte del impacto
de la junta militar,
que no para de matar
a toda la población,
porque esa Revolución,
con el hambre y la violencia,
mantiene su permanencia
a golpe de represión.

***
Nota bene
: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en Belascoaín y Neptuno. Te invito a leer la décima de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana.

Posdata14ymedio publicó las siete décimas de “Regálenme un doctorado” en Diversionismo ideológico, mi columna semanal.

Acerca de Alexis Romay

Pienso, luego escribo, luego traduzco, luego existo.
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