
El producto nacional
que amarga los corazones
es ver cómo los balcones
en la misma capital
o en cualquier zona rural
se derrumban, y aplastados
—inconclusos, mutilados—
quedan por siempre los sueños
de once millones de isleños
y millones de exiliados.
***
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en Belascoaín y Neptuno. Te invito a leer la décima de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana.
Posdata: 14ymedio publicó las siete décimas de “El producto nacional” en Diversionismo ideológico, mi columna semanal. (La foto que ilustra el horror la tomó Felipe Borrego, para EFE).