
Canté a Boris y a Vanito
—con Debajo y Lucha Almada—
en alguna madrugada
de esa Habana que fue un mito,
mientras estaba proscrito
pensar y ser diferente
y recorría el ambiente
un ansia de libertad
y ocultaba la verdad
la prensa del delincuente.
***
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en Belascoaín y Neptuno. Te invito a leer la décima de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana.
Posdata: En la foto (c. febrero de 1999), canto uno de los siguientes versos, todos provenientes de “Queriendo que te sientas bien”, ese himno que nos regaló Vanito Brown, y que fue un aliciente contra la ubicuidad del hambre y la represión.
“Relájate un poco;
no hagas más fatal tu dilema”.
“Hoy soy tu alma,
tu mar en calma, tu centinela”.
“Me gusta tu cara,
parece una luna que fuma”.
“Mientras te converso,
presiento que te amo, que vienes”.
Lo sé con absoluta certeza, pues la imagen me congela en el acorde Ebm7#9/Bb. Y la única canción que tocaba por esos días con el acorde de marras es la que cito en este post y canto cada vez que quiero espantar los males. En Belascoaín y Neptuno —mi blog, que antes del exilio fue mi calle y mi casa y—, que es gratis, como los sueños, puse enlaces a los perfiles de Spotify de los artistas mencionados en este tributo tardío. Que a todos les llegue mi abrazo.