
Seré breve. Con esas dos temibles palabras comenzaba muchos de sus interminables discursos el viejito sangrón que, pistola en mano, se adueñó de Cuba hace ya 62 mil milenios. Con esta introducción de mi nueva columna en 14ymedio, me propongo exactamente lo mismo. (Me refiero a ser breve, no a adueñarme de la isla. Espero que los resultados no sean tan nefastos. Vivir para ver, Magaly).
La columna tendrá frecuencia semanal y llevará por título Diversionismo ideológico, lo que —además de ser aquella horrible figura legal con la que me asustaron en mi infancia y juventud en La Habana y por la que todavía cualquier compatriota puede ser encarcelado en la tierra de la que huyeron estas plantas—, es el título de mi libro de décimas. ¿Y acaso voy a escribir una columna de opinión exclusivamente a ritmo de espinelas? Pues sí. El motivo es sencillo: el metro y el esquema de rima —y, con suerte, el contenido— las harán memorables. Esto facilitará que sean recitadas en los matutinos escolares en todo el territorio nacional. ¡Desde preescolar a sexto! Al infinito… ¡y más allá! Pioneros por el repentismo, ¡seremos como Espinel!
Mis octosílabos contendrán una diversidad de tonos y registros —lírico, nostálgico, satírico, paródico, ético, perético, perimpimpético…— que son mis modos de pensar y sentir a Cuba en la distancia. Pensar y sentir son delitos en los totalitarismos, y la Cuba que se apropiaron los Castro no es excepción. (Ah, y yo que aspiraba a escribir una presentación sin mencionar ese apellido que invita a la arcada, la náusea, la urticaria).
Yo me escapé para ser y estar, acciones que en inglés se (con)funden en un mismo verbo. Me escapé para pensar y sentir. Mares allende y décadas más tarde, admiro a quienes son, están, piensan y sienten en Cuba. Yo no podía imaginar mi vida en mi tierra, pero celebro que haya quienes sí pueden hacerlo y lo hacen a diario, contra el viento y la marea de un régimen implacable. A ustedes van estos versos y los que están por venir.
Pueblo, país y nación (I)
“Pueblo, país y nación”
no es lo mismo que “gobierno”.
Por ejemplo, en el infierno
que llaman “revolución”
verás que la represión
contra el pueblo es muy siniestra
y a quien salta a la palestra
por la nación y el destino
del país, un torbellino
del gobierno lo secuestra.
***
Este texto fue publicado originalmente en 14ymedio.
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en este blog. Aquí puedes leer la entrada de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana.
Posdata: La foto que encabeza esta entrada «es de cada cubano que decida quitarse el grillete y decir la verdad de las cosas para mejorar a nuestro país». Lo dijo @maykelosorbo en @mov_sanisidro. Y en Nueva Jersey le tomo la palabra.
¡Maravilloso! Y luego hay que recoger todos esos octosílabos en un libro. Abrazongo.
Me gustaLe gusta a 1 persona
Gracias por los parabienes, Tere. ¡Y por leerme a diario!
Abrazos
Me gustaMe gusta
Pingback: La escasez en Cuba (III) | Belascoaín y Neptuno