
Ese Estado criminal
que aterroriza a la gente
y venera a un delincuente
por orden del General
está en fase terminal
y está en clave inexplicable;
es un átomo inestable,
pues el pueblo se ha cansado
de tanto terror de Estado,
de comerse el mismo cable.
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Artista: Antonia Eiriz; título: “Una tribuna para la paz democrática”
año: 1968; técnica: óleo y collage sobre tela; dimensiones: 220 x 250.5 cm
Nota bene: Desde el 30 de noviembre de 2020, he publicado a diario en este blog. Aquí y aquí puedes leer las entradas de este día hace exactamente un año. Si sientes que me repito, recuerda que más se repite la realidad cubana.