
Detrás de la gran escena
—detrás del aplauso falso,
del grillete y del cadalso,
la fiesta de Nochebuena
sin comida en la alacena—
y el artista desterrado,
se oculta el terror de Estado
y el miedo de sus gestores
—sus huestes de represores—
a un pueblo que se ha cansado.
***
[Ilustración: Omar Santana].
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