
es el tiempo que ha durado
en Cuba el terror de Estado,
—grises, cual de los ingenios
el humo y la polución—;
siglos de denigración,
con los mismos capataces,
mayorales y secuaces
que había en la plantación.
***
Nota bene: La foto que encabeza esta entrada «es de cada cubano que decida quitarse el grillete y decir la verdad de las cosas para mejorar a nuestro país». Lo dice @maykelosorbo en @mov_sanisidro. Y en Nueva Jersey le tomo la palabra.
Muy bueno, excelente
Me gustaMe gusta
Pingback: Cuba y la tragedia (VII) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: La abundancia en Cuba (VII) | Belascoaín y Neptuno