
Es tanta la indefensión
que un peligro cotidiano
en esa “revolución”
allá donde el hambre aprieta
y la paciencia se agota.
¡Una croqueta no explota!
¡Si explota eso no es croqueta!
***
PS: El pie forzado me lo dio mi amiga Verónica Cervera, artífice de La cocina de Vero, con este comentario.
Pingback: Anhelo cubano (III) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Cuba y lo multidimensional (I) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Resumen del ideario de Miguel Díaz Canel | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Remembranzas cubanas (II) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: La abundancia en Cuba (IV) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Cuba, las salchichas y las croquetas (I) | Belascoaín y Neptuno