
La dictadura racista de los #Castro no descansa. Hace ya una década sentenció a dos años de prisión a Pánfilo por pedir «jama y libertad». El régimen pensó que a quién le iba a importar la suerte de un pobre negro #cubano. Lo mismo ocurrió con Orlando Zapata Tamayo, a quien el #castrismo dejó morir tras las rejas luego de una prolongada huelga de hambre en la que pedía que se le reconociera su humanidad. Sus carceleros —y el Carcelero en Jefe— pensaron de nuevo que a quién le iba a importar la vida o la muerte de un pobre negro cubano. Y a muchos nos importó.
No conocía personalmente a Pánfilo ni a Orlando Zapata Tamayo (que en paz descanse), como tampoco conozco a Hanoi. Y eso no es requisito para exigir que lo liberen ya. La indefensión de la ciudadanía #cubana ante los desmanes del estado no es nueva. Pero la saña con la que los mayorales de la junta militar de Díaz Canel tratan a la población negra de #Cuba es particularmente cruel. Mientras más oscura la piel es más despiadado el veredicto.
Firma esta petición y corre la voz. Y recuerda aquella famosa advertencia de Audre Lord: «tu silencio no te protegerá».
Lázaro, levántate y anda.
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