
Se cambia una militancia
del Partido Comunista
por cualquier cosa en la lista:
una visa para Francia,
un perfume sin fragancia,
un tío en el extranjero,
un boniato, un cenicero,
un galón de gasolina,
una balsa, una letrina
o un catarro pasajero.
***
[Ilustración: Omar Santana].
Pingback: Cuba a la manera de Cervantes (VII) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Oda urgente a la farsa electoral (IV) | Belascoaín y Neptuno