
Oh, vencedor de imposibles,
tu efigie, desde la tumba,
viene a amargarnos la rumba
—¡la busca de comestibles!—
e interrumpir las risibles
payasadas de tu hermano
que es el jefe del tirano
—el bufón Díaz Canel—,
da gusto verte, Fidel,
¡hoy que te come el gusano!
Pingback: Cuba y el pathos (III) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: La dieta bolivariana (II) | Belascoaín y Neptuno
Pingback: Aquella «empresa estatal socialista competente» (VII) | Belascoaín y Neptuno