Anoche comenzamos a mirar en casa la serie de Netflix Rompan todo. Vimos los dos primeros episodios. Aunque agradecí la visión panorámica del fenómeno rockanrolero en las Américas —centrado en dos epicentros: México y Argentina—, me afeó el paisaje la ubicuidad de la efigie del Che en cuanta camiseta, pared o bandera estuviese disponible. Cada vez que vi al argentino pensé en la ironía de lo rápido que Guevara, la «fría máquina de matar» —en sus palabras—, habría metido presos a todos los peludos de norte, centro y sur América por incurrir en «diversionismo ideológico«.
En el momento en que «Los Jaivas» mencionan la grabación del discurso de Fidel Castro que pusieron al revés pensé si los rockeros chilenos sabrían que esa distorsión de la verborrea del dictador cubano en la isla les habría dado pasaje de ida al calabozo. No creo que lo quisieran saber entonces. Y, ay, tampoco parece que lo quieran saber ahora.
Es una pena que Gustavo Santaolalla —productor de la serie y uno de los tantos entrevistados— evitara mirar a la represión histórica y actual del régimen cubano contra el rock isleño y, por extensión, cualquier manifestación contracultural, que rápidamente tildaría —y aún tilda— de contrarrevolucionaria y de gusana, para entonces, ya deshumanizada, pasarle por encima con todo el poder de un estado totalitario. Por poner un ejemplo de ahora mismo: El Movimiento San Isidro personifica la esencia de ese espíritu libre que buscaban los jipies al manifestarse al sur del Río Bravo en contra de sus respectivas dictaduras. Sin tener que tocar un acorde, Mov_SanIsidro es rock & roll en estado puro.
Terminaré de ver la serie, que —si obviamos (y es difícil) esta imperdonable omisión cubana y su vergonzoso silencio respecto a desmanes dictatoriales de la izquierda— es muy recomendable. Pero, cuando me siente frente a la pantalla, lo haré curado de este espanto que duele constatarlo cada día: los cubanos estamos muy solos.
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Posdata (del 2 de febrero de 2021): Bienvenido a Cuba.
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Viva Cuba socialista tu lo que eres un singao
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