
Bajo cada ojo su ojera,
nariz roja de beodo,
postura de Quasimodo,
una panza cervecera,
ese pulóver por fuera
—su pulovito de Puma
que alguien le compró en La Yuma—
y esa cara de chivato
del castrismo y el castrato:
este Hombre Nuevo me abruma.
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