Última rumba en La Habana

Ultima rumba en La HabanaLa editorial Baile del Sol acaba de publicar una reedición de Última rumba en La Habana, novela del escritor Fernando Velázquez Medina. Apremiado de tiempo, la recomiendo a los lectores con el mismo entusiasmo con que la recomendé a Baile del Sol. Y, en lugar de una reseña, publico aquí, en exclusiva, cortesía de Velázquez Medina, un fragmento de ésta, su última rumba en La Habana.

***

En Etiopía fue distinto. Los mulatos etíopes se fajan con el pinto de la paloma; y los somalos igual. Tremenda guerra, en medio de la arena, como en las películas inglesas sobre los comandos y las ratas del desierto y el Afrika Korps. Nosotros creíamos estar en una fiesta mientras abríamos trincheras. Figúrate, teníamos como seiscientos tanques de guerra, lanzacohetes múltiples, cañones de ciento treinta. ¡Qué clase de jodienda se armó! De noche se iluminaba el cielo con el resplandor de los cañonazos: los animales salvajes, los guepardos, parecidos a los leopardos pero corren más, los guepardos huían de nosotros, igual las hienas, los animalitos, todos estaban aterrorizados. Hasta los pájaros; los buitres no, esos estaban contentos, gordos, limpiando muertos y más muertos, parecían guanajos rellenos. Y todo por un pedazo grande de desierto que, oí, tenía petróleo.

El carro llega hasta la encrucijada de la Virgen del camino, enfila la calzada de Luyanó, pasa la línea del tren, toda esa zona de fabriquitas desarboladas por la industrialización que nunca llegó. Triste lugar ese, paredes despintadas por siempre, aceras polvorientas, un riachuelo sucio y leproso zigzaguea por los patios y a veces, asoma el hediondo rostro bajo un puente de la Avenida.

A mí me gusta más Angola, prosigue, los bosques son de miedo, llenos de monos ―tú no has comido mono asado, ¿verdad?― gorilas que se llevan a las mujeres cuando se quedan sin hembras, leones, leopardos, hienas, serpientes, arañas, alacranes del tamaño de un zapato, gusanos inmensos metidos dentro de la tierra fangosa de los ríos. Una vez, en Cuando Cubango, mi tropa de choque llegó a un río, nosotros llevábamos como una semana sin bañarnos; pues llegamos al río ese y nos dieron orden de descansar para que los químicos pudieran filtrar y potabilizar el agua con unas pastillas y unos equipos raros. Alguna gente se fue a bañar al río, parecía tranquilo todo. Pusimos dos escuadras de posta, con ametralladoras pesadas y morteros apuntando al otro lado. No pasó nada; bueno, uno salió lleno de sanguijuelas, pero porque se metió en una zona lodosa. Todo en calma. Más tarde los exploradores cruzaron el brazo de agua ―parecía una pierna, no un brazo― y encontraron los cadáveres de otros cubanos en la misma orilla. Había cigarros acabados de apagar y huellas y la madre de los tomates. Nos estuvieron mirando todo el tiempo y mataron a los prisioneros, supongo que les cortaron primero la lengua para que no los oyéramos, se comieron partes crudas: el corazón, los riñones, los testículos. No eran Unitas, gente de Savimbi. Eran antropófagos de la selva, caníbales como en las películas de Tarzán. Y esos tipos iban a las aldeas más adelantadas para comerciar con nuestra tropa. Es más, algunos estudiaron en Moscú en la Universidad Patrice Lumumba, hablaban ruso, leían marxismo… y se comían los cojones de los compañeros cubanos para ser más valientes. Hasta los ojos azules se los comían, tratando de que sus hijos salieran así.

No te podías descuidar, de eso nada. Recuerdo el olor de ese río, las mariposas de allá, del tamaño de un pájaro, dando vueltas. ¿Te imaginas?, llenas de colores, revoloteando por encima de nosotros, una pila de hombres encueros ―tú conoces mis gustos, pensarás que estaba en Francia, pero de eso nada, estaba cagado del miedo― y la selva casi en silencio, no se oía ni un ruido. Nos estaban cazando, mirando y si no atacaron fue, digo yo, porque éramos muchos y el Coronel sabía más de lo que le enseñaron. Figúrate, estuvo en Afaganistán ―¿se dice así?― aprendiendo con los rusos y por eso puso como veinte guardias con lanzacohetes y ametralladoras pesadas mirando para la otra orilla y los tipos se quedaron sin banquete. Se olían cantidad de olores ricos, como a melado y el calor te mataba y los mosquitos y las moscas infectadas esas y las mariposas, los escarabajos. ¿Tú sabías que existen mariposas venenosas? Oye, aquello era un infierno. Yo me acuerdo, ahí en medio del agua, me acordé de los cocodrilos de la ciénaga de Zapata, que nunca los había visto. ¿Qué te parece?, nunca he ido a la Ciénaga y de pronto estoy en un río lleno de lagartijas de esas, con sanguijuelas, monos escrutando en silencio desde las matas del mato grosso, unas matas altísimas y con una tribu de caníbales vacilándome como si yo fuera un puerquito; ahora dime tú, piensa: ¿Qué coño hacía yo colado en una película de Indiana Jones? Porque eso era una película, todo esto es una película: la gente de este país se va en balsa sin saber nada del mar, ni un tarro, se creen que son la gente de la Kon Tiki. Yo te digo que este hombre nos volvió locos a todos. Yo sé lo que es el peligro, el olor de la sangre, de los muertos cagados, todo eso; y lo más lindo, todo eso parece un juego, en el medio de un tiroteo, parece una película en cámara lenta. A veces suenan cuarenta rafagazos y tú apareces metido en un hueco y nadie sabe cómo llegaste ahí. O te levantas disparando y crees que las balas no te van a dar, a ti sí no te van a dar ¡Y no te dan! Esas cosas pasan, tú, esas cosas pasan. Este tipo vio mucho cine cuando era niño y ahora nos está obligando a hacer películas de guerra, de espionaje, de gángsteres y el diablo colorado. Pero eso es lo malo, ya hay mucha gente que sabe hacer películas, supón tú, treinta años en esta descarga, la gente quiere hacer su propia película, no la del viejo. Y eso es lo malo, que el director en jefe dice que la única estrella, aquí, es él. Y lo que nos va es a estrellar.

¿Ves la ciudad cómo está?, así mismo quedó el puerto de Lobito después de cuarenta días de combate. Puedes creerme, que yo lo vi. Una ruina en cada esquina, porque las esquinas se derrumban con más facilidad, se les dispara más. Yo tenía una escuadra y saltaba de ruina en ruina, igual que en “Nacido el 4 de julio”, saltaba de una puerta a otra puerta, de un cine a un meadero, de un bayú de putas a un puesto de candonga, de una choza de blancos a un palacio de negros, de una bodega llena de vinos ―¡qué clase de nota cogimos!― a un almacén con hojas de algo parecido a la marihuana, pero más fuerte (para qué te cuento). Ya te digo, una película; lo que pasa es que los muertos no se levantaban, a no ser que les cayera otro bombazo arriba…

¿Oye, dónde te dejo? Porque ya llegamos al centro.

Acerca de Alexis Romay

Pienso, luego escribo, luego traduzco, luego existo.
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10 respuestas a Última rumba en La Habana

  1. ¡Oye, me atrapó, me atrapó ese fragmento! Y mira qu a mí no me gustan las novelas de guerra. Está muy fuerte, buenísimo. Lo de la gente que se cree de la Kon Tiki, acabó, jajaja. ¿Cómo se puede comprar el libro desde aquí, porfis?

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  2. Omara dijo:

    Gracias por compartir este fragmento
    Dan deseos de leer la novela ahora mismo

    Saludos
    Omara

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  3. Niurka Dreke dijo:

    Es una novela escrita con sangre, y llena de cicatrices, pero también con ese humor que nos permite a los cubanos levantarnos cada día. Estaría bueno el titulo como nombre de un plato cubano: “tráigame una ración de Ultima rumba en La Habana”, porque está tan condimentada que es como volver a Cuba, no sobra ni falta nada.
    A por él.
    Se consigue en la librería virtual Elkar.

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  4. Barbarito dijo:

    Gracias por ofrecernos este fragmento.
    …ya yo estoy de ‘guardia’ a la puerta de la librería. (¡Donde mismo espero los libros de Teresa Dovalpage!), pues me han dicho que está a punto de publicarse en mi ciudad.
    *Nota: Te, si quieres llegado el momento te consigo uno. No me olvido de que estoy en ‘deuda literaria’ contigo.

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  5. APOCALIPSIS dijo:

    Mayo 27th, 2009 en 02:39
    El 1 de junio 2009 lanzaremos una movilización general en la Web.
    Esta movilización se dirige a todos los internautas y blogueros cubanos y no cubanos que desean ver al pueblo de Cuba libre, disfrutando de sus derechos inalienables. Ya se han sumado al evento muchisimos blogs y sitios webs, es indispensable que se sumen muchos mas.
    El 1 de junio 2009, todos los internautas y blogueros dejaran su página de inicio abierta todo el día con el mismo documento y texto presentados en este blog http://resistenciacuba.blogspot.com/ en signo de solidaridad con el pueblo cubano.
    Pediremos al regimen cubano 3 legitimas reivindicaciones:
    – Liberar a los presos políticos en Cuba
    – Levantar las prohibiciones que impiden a los cubanos entrar y salir de su país
    – Levantar las prohibiciones de acceso a Internet para los cubanos
    El pueblo cubano necesita vuestro apoyo y la solidaridad de todos.
    Contamos con vosotros, internautas de todos los países, para hacer ese día, de esta justa reclamación, un éxito.
    Gracias a todos.
    VIVA CUBA LIBRE DE COMUNISMO

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  6. Mayda dijo:

    Trataré de buscarlo, pinta interesante ese libro, no conozco bien esa parte de la historia de Cuba.

    Saludos

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  7. Nada, que hay que buscar el libro. Barbarito, muchas gracias. Sí, te voy a pedir, si no te es molestia, que me lo zumbes para acá, a no ser que ande yo por esos lares entonces. Abrazos…

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  8. Barbarito dijo:

    Teresa, ¡Dalo por hecho, amiguita! En cuanto esté en la librería, un ejemplar será pa’ ti y el otro pa’ mi.
    Mandartelo sera un placer y una satisfacción personal.
    Un fuerte abrazo.

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  9. Gino dijo:

    Quien hizo esa portada tan expertacular? Me encanta! Le da tremenda presencia a esta nueva edicion y mas ganas de leer el libro. Soy amante de la literatura cubana.

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  10. Mayda Anias dijo:

    ¿Demasiado tarde para un comentario? Más vale tarde… Excelente novela. Con este fragmento basta para hacerse una idea de la historia, del estilo, de la compacta narración. ¿Dóne pede comprarse en España?

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