La carne de jutía, a veintisiete.
La carne de caballo, casi a treinta.
(Las carnes de mi prima están en venta
y El Morro y La Cabaña y El Templete…).
La carne de cañón, a la trinchera:
a Nicaragua, Angola, Etiopía…
La mala carne, a la carnicería.
La carne de tiñosa, a quien la quiera.
La carne de primera, al Comandante.
La carne de segunda, a sus secuaces.
La carne de tercera, a los cuarteles.
La carne es débil, cara y agobiante
y hace de los esclavos, capataces.
La carne de René, a los anaqueles.
***
[Instalación: Xavier Cortada: Título: Masa cárnica; Técnica: Carne cruda sobre fuente; Año: 2000].
Excelente, estimado Bustro. Me has hecho reir con lo que nos hizo llorar.
Gimme a bejucal to my office today if u can… need talk to u….
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«La carne es débil, cara y agobiante…»
Muy bien, Bustro. Una auténtica actualización de la tradición.
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¡Magistral!
No sé qué es más débil si la carne o la mente, en vista de la actual repartición.
QF
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Esa carne no tiene desperdicio,
no es piltrafa, es de primera.
Saludos
F.C.
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Esto me hace recordar cuando mis amigas me llamaban por telefono para anunciarme que habian encontrado la » tela roja» para el vestido que me queria hacer y luego salir al oscurecer, bolsa en mano con dinero en la billetera para pagarle al empleado del matadero la dichosa carne de res, que tanto le gustaba a mi anciana madre.
Ayer me comento una amiga que recien llego al norte del norte que ahora es muy dificil encontrar nada ni siquiera en las tiendas de dollar.
Volveran los tiempos de los bocaditos de bistec de frazada de piso ? o las croquetas a saber de que animal ?
Omara
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Todos mis respetos, poeta.
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Genial. Niobe.
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